¿Sabías que la limpieza de chimenea hay que realizarla cuando ya hemos dejado de utilizarla, es decir en la época cálida del año?
Contar con una buena chimenea en el hogar es perfecto para disfrutar de calidez y confort en los días más fríos. Por ello debemos procurar alargar su vida útil todo lo posible y dejarla en condiciones óptimas. Así, cuando volvamos a usarla nos dará todo el calor que necesitamos, estará libre de residuos y funcionará a pleno rendimiento.
Además, una buena limpieza evitará los problemas vinculados a la acumulación de hollín, como puedes ser la perdida de tiro en la chimenea.
El momento perfecto para proceder a limpiar la chimenea es en verano, o cuando vayamos a dejar de utilizarla durante unos meses de continuación, te explicamos los pros y contras de las dos formas de hacerlo mediante las técnicas más comunes.
Limpieza manual de chimeneas: De manos de un profesional
Esta limpieza consiste en emplear un cepillo deshollinador (de acero o nylon), o bien un erizo, manual o eléctrico para raspar las paredes y el techo con el fin de eliminar todas las partículas adheridas. Es importante elegir buenas herramientas para evitar daños en la chimenea.
Asimismo, se aspiran las partículas de hollín que se han ido acumulando en todo el interior de la chimenea o estufa.
También es conveniente revisar las juntas y fibras cerámicas de la puerta, con el fin de asegurar un correcto sellado al cerrar la misma
Pese a que pueda parecer sencillo llevar a cabo este tipo de mantenimiento y limpieza, es importante recordar que limpieza de tu chimenea la deberías dejar en manos de un profesional, ya que de este modo te aseguraras una limpieza óptima que mejorará su funcionamiento y alargará su ciclo de vida. Así que ya sabes, ahora es el momento de llevar a cabo esta limpieza y preparar tu chimenea para que pueda ser empleada cuando llegue el frío.
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