Desde Carbel nos gustaría informar a los usuarios de estufas y chimeneas sobre la importancia de disponer de una leña almacenada en las mejores condiciones.  En el artículo de hoy les damos algunos consejos sobre cómo guardar la leña de modo que se mejore su secado de cara al próximo invierno de modo.

¿Cómo apilar la leña?

Apilar correctamente la leña contribuye directamente al buen rendimiento de la chimenea. Cinco factores se deben tener en cuenta para hacer una buena pila:

  • El sitio. Generalmente La madera se quedará mucho tiempo almacenada. Para que la elección sea relevante hay que pensar en el sitio y su comodidad a la hora de transportar la leña hacia la chimenea.
  • La luz. Se recomienda guardar la leña en un sitio cubierto pero ventilado, la ventilación acelera el proceso de secado de la madera. Dicho esto, cabe destacar que la leña debe quedar protegida de las lluvias.
  • La superficie del suelo. Lo ideal es evitar todo contacto de la leña con la tierra. La posible humedad generada por el suelo no debe alcanzar a la madera. Por la tanto, es recomendable colocar un revestimiento plástico por debajo de la pila. También existe una segunda opción más eficiente. Ella consiste en levantar la pila del suelo de tal forma que deje pasar el aire. Para ello, use como base un par de soportes tipo palet o rejilla.
  • El aire. Si la madera está colocada cerca de una pared, se recomienda dejar un espacio de algunas pulgadas entre la leña y la misma de tal forma que pueda circular libremente el aire.
  • La estructura. Idealmente los trozos de madera se apilan horizontalmente en filas. Según expertos, la pila no debe superar el 1.20 metro de altura. Por nuestra seguridad y también para la estabilidad de la pila, es importante respetar ese nivel máximo de altura.

¿Cómo guardar la leña?

Según el caso de que nuestra pila esté en el exterior de la vivienda, un buen consejo es cubrirla de una lona por la parte superior. En definitiva, la clave para guardar correctamente la leña es que esté primero bien protegida de la humedad y segundo que esté en un sitio bien ventilado.

A modo de conclusión, un buen almacenamiento de la leña permite acelerar el proceso de secado contribuyendo positivamente en el aporte calorífico de nuestra chimenea o estufa, a la calefacción del hogar.